lunes, 2 de marzo de 2015

Identificando nuestro malestar... Relaciones Toxicas...

Hola a tod@s!

Hoy vamos a hablar de algo que a todos en algún momento nos ha afectado, ya sea en lo personal, o porque lo hemos visto dentro de nuestro círculo de amistades o conocidos…
Se trata de las Relaciones Tóxicas… las que se envuelven en nuestra vida casi sin percibirlas, y cual enredadera va anulando nuestro ser, hasta el punto de castrarlo, impidiendo nuestra realización personal…
Pero… ¿Qué es una relación tóxica?

Son relaciones en las que quedamos atrapados por una especie de red negativa, no solo se refiere a relaciones amorosas sino que pueden ser relaciones de amistad o familiares.
Las relaciones tóxicas son aquellas que nos hacen sentir mal, cambiar de formas que no nos gustan, nos alteran de manera que no podemos controlar o destruyen quienes en verdad somos. Nos hacen infelices… Y además de las que es muy difícil salir…

Típicamente son relaciones en las que una persona es dominante, o sumisa, o hay problemas de comunicación, manipulación, mentiras o chantajes. Son relaciones en las que una o ambas partes sufren pero a las que no sabemos poner fin.
Existen diferentes tipos de estas relaciones tóxicas que se tendrían que evitar:
Básicamente mostraremos las conductas características de relaciones, que a la larga, pueden convertirse en tóxicas… si estas en una relación como estas, sería conveniente que las identifiques, y soluciones antes de verte envuelta en su toxicidad…

 Relaciones en las que solo está a cargo una persona: Si solo una persona ejecuta (lleva) la relación, la relación no es sana y no prosperará adecuadamente. A veces es fácil involucrarnos con una persona que tome el control de las cosas, puede parecer fácil y cómodo que cojan las riendas de nuestra vida, puede que notemos menos presión así. El problema es que esto no es opcional, es decir si tu le das las riendas de tu vida a otra persona, lo más probable es que pierdas el derecho a opinar sobre que hace con ellas. Cuando quieras recuperar el control será muy difícil y la relación empeorará. En estos casos la persona pierde autonomía, independencia, autoestima y autoconfianza. Nunca debes sentirte sin poder o atrapado/a en una relación, eso en realidad no es una relación. Las relaciones implican libertad e igualdad de responsabilidades para ambas personas, cooperación entre las dos personas implicadas. La relación será tan fuerte como sean los dos individuos por separado dentro de la relación. Habrá más crecimiento personal para los dos. Intentar controlar a alguien o que te controlen no lleva a ningún lado.

Relaciones que tienen la función de “completarte” Por mucho que en las películas nos inculquen que cuando encontremos a “LA” persona esta nos llenará, nos sacara de la miseria y el aburrimiento y nuestra vida cambiará y será maravillosa, nos elevará a un estado de plenitud y felicidad, lo cierto es que esto es algo que debemos conseguir por nosotros mismos y llevarlo luego a la relación. Una relación no debe servir o utilizarse para suplir carencias personales, esto hace que luego seamos dependientes y no recorramos el camino de crecimiento personal, no evolucionemos y mejoremos como personas por nosotros mismos, y queramos o no, es una responsabilidad y un peso muy grandes para la relación y la otra persona (si estamos mal es culpa de la otra persona y esperamos que ella lo solucione). Suelen ser relaciones en las que luego no se toleran separaciones temporales ni estar solos. No es la responsabilidad de nuestra pareja rellenar esos vacíos existenciales, es un trabajo personal de cada uno. Si no estas bien contigo mismo eso se verá reflejado negativamente en la relación. Uno debe crear su propia felicidad antes de poder compartirla con otros.

Relaciones co-dependientes Este tipo de relación es algo similar a la del punto 1, pero aquí son ambas personas las que son pasivas y dependientes, perdiendo su individualidad, no es el caso de una dominante y otra más sumisa. Aquí ambas personas necesitan de la aprobación del otro para llevar a cabo cualquier acción, priorizan las necesidades del otro sobre las propias. La otra persona siempre es la responsable de cómo nos sentimos, todo pasa por ella.  Nos diluimos con la otra persona y la relación se vuelve adictiva. Si el otro se encuentra mal de repente nuestras necesidades personales desparecen y solo pensamos en hacerla sentir bien. ¿El mayor problema? Suelen llevar a una acumulación de resentimiento, aunque hayamos sido nosotros que hayamos decidido valorar las necesidades del otro por encima de las nuestras, luego eso quema. La vida se convierte en mirar por el bienestar de la otra persona las 24 horas del día. Ambos miembros de la pareja deberían responsabilizarse de sus propias emociones y saber regularlas sin la ayuda del otro. Una cosa es ser de apoyo para otra persona y otra es estar obligado a todas horas. En este tipo de relaciones uno se siente obligado a estar cuidando a la otra persona y pasar todo por ella.

Relaciones basadas en expectativas  idealizadas: La perfección no existe, si amamos a alguien debe ser con sus “defectos” y con sus mas y sus menos. No es sano intentar “arreglar” a las personas o cambiarlas. De hecho cuanto menos esperes de alguien que amas más feliz serás. Las expectativas pueden ser muy traicioneras. Nadie actuará siempre como nosotros esperamos, no son nosotros y por lo tanto vivirán y actuaran a su manera. Vivir una relación por el “cómo debería ser” y no como es, lleva a frustración, sufrimiento y tristeza. No debemos tener expectativas grandiosas e irreales ni tampoco pensar que la otra persona puede cambiar (ni intentar hacerlo) para “mejorar” la relación.

Relaciones en las que lo pasado se utiliza para justificar el presente Si estas en una relación en la que continuamente se te culpa por el pasado, la relación es tóxica. Si ambos lo hacen la relación se convierte en una batalla por ver quien la “cagó” más y por lo tanto quien debe disculparse. Cuando utilizas lo que ha hecho mal la otra persona en el pasado para justificar tu conducta en el presente lo que estamos haciendo es utilizar la culpa y el resentimiento para manipular a la otra persona (para que se sienta mal en el presente), aparte de perder de vista el problema actual. Al final la relación se convierte en un constante esfuerzo por ambas personas para probar que son “menos culpables” o menos “malos” que el otro, en lugar de intentar ambos ser mejores para el otro. Debes aceptar que para estar con alguien tienes que aceptar sus errores y su pasado. Si algo nos afectó tanto en el pasado, entonces ese era el momento para trabajarlo, no ahora. El pasado pasado es, y pasado debe ser.

Relaciones basadas en mentiras continuas En las relaciones una omisión es como una mentira, las relaciones se basan en la confianza, abrirse a la otra persona y conocerse mutuamente. Ocultar información relevante solo debilitará la relación. Es cierto que se puede reparar la falta de confianza pero esto es muy difícil y requerirá del esfuerzo de ambas partes. De todas formas, al final la verdad siempre se sabe. La persona nos mentirá hasta que consiga que esa mentira se convierta en nuestra realidad, no debemos entrar al juego, si descubres una mentira, confróntala. Las personas que mienten suelen repetir las mentirás hasta que consiguen hacerlas realidad, no participes en esto. Para poder reparar una falta de confianza primero hay que poder reconocer la mentira. El perdón y la reconciliación no ocurrirán hasta que se admita la mentira.

Relaciones en las que el perdón no tiene cabida y en las que no hay intención de reparar la confianza Esta está en relación con el punto anterior. La confianza se puede reparar, pero mantenerse en una relación en la que no hay intención de repararla no tiene sentido. En casi cualquier relación a largo plazo habrá un problema de confianza o alguna mentira en algún momento, no entender que esta se puede reparar si ambas personas trabajan duramente en su propio crecimiento persona aplicando luego este a la relación convertirá la relación en una relación tóxica para ambos.

Relaciones en las que la comunicación es pasivo-agresiva Por ejemplo cuando en lugar de comunicar abiertamente como nos sentimos jugamos con indirectas, o cuando la comunicación es hostil e intenta manipular como se siente la otra persona. Hacer cosas sutiles para molestar a la otra persona hasta que nos presta la atención que queremos. Las relaciones se basan en una comunicación abierta y sincera, si la otra persona en la relación nos juzga o crítica cuando nos abrimos puede que nos volquemos en actitudes pasivo agresivas. Puede que la otra persona no esté de acuerdo en lo que piensas pero en las relaciones fuertes se alcanza un compromiso, la otra persona accede a apoyarnos sin necesariamente tener que estar de acuerdo obligatoriamente a pensar igual que nosotros.

Relaciones gobernadas por el chantaje emocional Esto se refiere a aplicar un castigo emocional cuando la otra persona no hace exactamente lo que queremos. Al final la otra persona accede a comportarse de otra manera a causa del chantaje.  Se soluciona como en el punto anterior con una mejor comunicación. Los sentimientos y emociones se pueden comunicar pero de una manera sana y sincera sin atacar a la otra.

Relaciones que quedan en un segundo plano Las relaciones requieren que se les dedique tiempo y esfuerzo, si no se las cuida se marchitan. Es importante dedicar tiempo de calidad a la relación, compartir actividades solo con la otra persona que os enriquezcan como pareja. La otra persona (y la relación) requieren de tu presencia, atención y tiempo.
Sólo con identificar todo lo anterior, evitarás tener una relación tóxica y podrás tener la libertad de elegir otra, que en verdad te depare una vida más sana y de mayor felicidad!...

Espero que esto te ayude…

Hasta la próxima!!


Imagen: espanol.omtimes.netdna-cdn.com

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