Hola a tod@s!
Hoy vamos a hablar de algo que a todos en algún
momento nos ha afectado, ya sea en lo personal, o porque lo hemos visto dentro
de nuestro círculo de amistades o conocidos…
Se trata de las Relaciones Tóxicas… las que se
envuelven en nuestra vida casi sin percibirlas, y cual enredadera va anulando
nuestro ser, hasta el punto de castrarlo, impidiendo nuestra realización
personal…
Pero… ¿Qué es una relación tóxica?
Son relaciones en las que quedamos atrapados
por una especie de red negativa, no solo se refiere a relaciones amorosas sino
que pueden ser relaciones de amistad o familiares.
Las relaciones tóxicas son aquellas que nos
hacen sentir mal, cambiar de formas que no nos gustan, nos alteran de manera
que no podemos controlar o destruyen quienes en verdad somos. Nos hacen
infelices… Y además de las que es muy difícil salir…
Típicamente son relaciones en las que
una persona es dominante, o sumisa, o hay problemas de comunicación,
manipulación, mentiras o chantajes. Son relaciones en las que una o ambas
partes sufren pero a las que no sabemos poner fin.
Existen diferentes tipos de estas relaciones tóxicas
que se tendrían que evitar:
Básicamente mostraremos las conductas
características de relaciones, que a la larga, pueden convertirse en tóxicas…
si estas en una relación como estas, sería conveniente que las identifiques, y
soluciones antes de verte envuelta en su toxicidad…
Relaciones
en las que solo está a cargo una persona: Si solo una persona
ejecuta (lleva) la relación, la relación no es sana y no prosperará
adecuadamente. A veces es fácil involucrarnos con una persona que tome
el control de las cosas, puede parecer fácil y cómodo que cojan las
riendas de nuestra vida, puede que notemos menos presión así. El problema
es que esto no es opcional, es decir si tu le das las riendas de tu vida a otra
persona, lo más probable es que pierdas el derecho a opinar sobre que hace con
ellas. Cuando quieras recuperar el control será muy difícil y la relación
empeorará. En estos casos la persona pierde autonomía, independencia,
autoestima y autoconfianza. Nunca debes sentirte sin poder o atrapado/a en una
relación, eso en realidad no es una relación. Las relaciones implican libertad
e igualdad de responsabilidades para ambas personas, cooperación entre las dos
personas implicadas. La relación será tan fuerte como sean los dos individuos
por separado dentro de la relación. Habrá más crecimiento personal para los
dos. Intentar controlar a alguien o que te controlen no lleva a ningún lado.
Relaciones que tienen la función de
“completarte” Por mucho que en las películas nos
inculquen que cuando encontremos a “LA” persona esta nos llenará, nos
sacara de la miseria y el aburrimiento y nuestra vida cambiará y será
maravillosa, nos elevará a un estado de plenitud y felicidad, lo cierto es que
esto es algo que debemos conseguir por nosotros mismos y llevarlo luego a la
relación. Una relación no debe servir o utilizarse para suplir carencias
personales, esto hace que luego seamos dependientes y no recorramos el camino de
crecimiento personal, no evolucionemos y mejoremos como personas por nosotros
mismos, y queramos o no, es una responsabilidad y un peso muy grandes para la
relación y la otra persona (si estamos mal es culpa de la otra persona y
esperamos que ella lo solucione). Suelen ser relaciones en las que luego
no se toleran separaciones temporales ni estar solos. No es la responsabilidad
de nuestra pareja rellenar esos vacíos existenciales, es un trabajo
personal de cada uno. Si no estas bien contigo mismo eso se verá reflejado
negativamente en la relación. Uno debe crear su propia felicidad antes de poder
compartirla con otros.
Relaciones co-dependientes Este
tipo de relación es algo similar a la del punto 1, pero aquí son ambas
personas las que son pasivas y dependientes, perdiendo su
individualidad, no es el caso de una dominante y otra más
sumisa. Aquí ambas personas necesitan de la aprobación del
otro para llevar a cabo cualquier acción, priorizan las necesidades
del otro sobre las propias. La otra persona siempre es la responsable de
cómo nos sentimos, todo pasa por ella. Nos diluimos con la otra
persona y la relación se vuelve adictiva. Si el otro se encuentra mal de
repente nuestras necesidades personales desparecen y solo pensamos en hacerla
sentir bien. ¿El mayor problema? Suelen llevar a una acumulación de
resentimiento, aunque hayamos sido nosotros que hayamos decidido valorar
las necesidades del otro por encima de las nuestras, luego eso quema. La vida
se convierte en mirar por el bienestar de la otra persona las 24 horas del día.
Ambos miembros de la pareja deberían responsabilizarse de sus propias emociones
y saber regularlas sin la ayuda del otro. Una cosa es ser de apoyo para otra
persona y otra es estar obligado a todas horas. En este tipo de relaciones uno
se siente obligado a estar cuidando a la otra persona y pasar todo por ella.
Relaciones basadas en expectativas idealizadas: La
perfección no existe, si amamos a alguien debe ser con sus “defectos” y con sus
mas y sus menos. No es sano intentar “arreglar” a las personas o
cambiarlas. De hecho cuanto menos esperes de alguien que amas más feliz
serás. Las expectativas pueden ser muy traicioneras. Nadie actuará siempre
como nosotros esperamos, no son nosotros y por lo tanto vivirán y actuaran a su
manera. Vivir una relación por el “cómo debería ser” y no como es, lleva a
frustración, sufrimiento y tristeza. No debemos tener expectativas grandiosas e
irreales ni tampoco pensar que la otra persona puede cambiar (ni intentar
hacerlo) para “mejorar” la relación.
Relaciones en las que lo pasado se
utiliza para justificar el presente Si estas en una
relación en la que continuamente se te culpa por el pasado, la relación es
tóxica. Si ambos lo hacen la relación se convierte en una batalla por ver quien
la “cagó” más y por lo tanto quien debe disculparse. Cuando utilizas lo
que ha hecho mal la otra persona en el pasado para justificar tu conducta en el
presente lo que estamos haciendo es utilizar la culpa y
el resentimiento para manipular a la otra persona (para que
se sienta mal en el presente), aparte de perder de vista el problema actual. Al
final la relación se convierte en un constante esfuerzo por ambas personas para
probar que son “menos culpables” o menos “malos” que el otro, en lugar de
intentar ambos ser mejores para el otro. Debes aceptar que para estar con
alguien tienes que aceptar sus errores y su pasado. Si algo nos afectó
tanto en el pasado, entonces ese era el momento para trabajarlo, no
ahora. El pasado pasado es, y pasado debe ser.
Relaciones basadas en mentiras continuas En
las relaciones una omisión es como una mentira, las relaciones se basan en
la confianza, abrirse a la otra persona y conocerse mutuamente. Ocultar
información relevante solo debilitará la relación. Es cierto que se puede
reparar la falta de confianza pero esto es muy difícil y requerirá del esfuerzo
de ambas partes. De todas formas, al final la verdad siempre se sabe. La
persona nos mentirá hasta que consiga que esa mentira se convierta en nuestra
realidad, no debemos entrar al juego, si descubres una mentira, confróntala.
Las personas que mienten suelen repetir las mentirás hasta que consiguen
hacerlas realidad, no participes en esto. Para poder reparar una falta de
confianza primero hay que poder reconocer la mentira. El perdón y la
reconciliación no ocurrirán hasta que se admita la mentira.
Relaciones en las que el perdón no tiene
cabida y en las que no hay intención de reparar la confianza Esta
está en relación con el punto anterior. La confianza se puede reparar,
pero mantenerse en una relación en la que no hay intención de repararla no
tiene sentido. En casi cualquier relación a largo plazo habrá un problema de
confianza o alguna mentira en algún momento, no entender que esta se puede
reparar si ambas personas trabajan duramente en su propio crecimiento persona
aplicando luego este a la relación convertirá la relación en una relación
tóxica para ambos.
Relaciones en las que la comunicación es
pasivo-agresiva Por ejemplo cuando en lugar de
comunicar abiertamente como nos sentimos jugamos con indirectas, o cuando
la comunicación es hostil e intenta manipular como se siente la otra persona.
Hacer cosas sutiles para molestar a la otra persona hasta que nos presta la
atención que queremos. Las relaciones se basan en una comunicación abierta y
sincera, si la otra persona en la relación nos juzga o crítica cuando nos
abrimos puede que nos volquemos en actitudes pasivo agresivas. Puede que
la otra persona no esté de acuerdo en lo que piensas pero en las relaciones
fuertes se alcanza un compromiso, la otra persona accede a apoyarnos sin
necesariamente tener que estar de acuerdo obligatoriamente a pensar igual que
nosotros.
Relaciones gobernadas por el chantaje
emocional Esto se refiere a aplicar un castigo emocional
cuando la otra persona no hace exactamente lo que queremos. Al final la
otra persona accede a comportarse de otra manera a causa del
chantaje. Se soluciona como en el punto anterior con una mejor
comunicación. Los sentimientos y emociones se pueden comunicar pero de una
manera sana y sincera sin atacar a la otra.
Relaciones que quedan en un segundo
plano Las relaciones requieren que se les dedique tiempo
y esfuerzo, si no se las cuida se marchitan. Es importante dedicar tiempo
de calidad a la relación, compartir actividades solo con la otra persona que os
enriquezcan como pareja. La otra persona (y la relación) requieren de tu
presencia, atención y tiempo.
Sólo con identificar todo lo anterior, evitarás
tener una relación tóxica y podrás tener la libertad de elegir otra, que en verdad
te depare una vida más sana y de mayor felicidad!...
Espero que esto te ayude…
Hasta la próxima!!
Fuente: The
Mind Unleashed
Imagen: espanol.omtimes.netdna-cdn.com
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