Hola a tod@s!
Últimamente he escuchado en reiteradas ocasiones que
nuestras dolencias físicas derivan de nuestras emociones… Entonces, ante todo,
una enfermedad o dolencia, es un llamado de atención de nuestro cuerpo, para
que solucionemos un sentimiento que nos afecta, manifestándose en enfermedad…
Veamos cómo funciona…
Los dolores físicos tienen que ver con el espacio,
pertenecen a un lugar…
Los dolores psíquicos pertenecen al orden, no del espacio, sino del tiempo…
La emoción es la bisagra o nexo que une lo físico con lo psíquico…
Cuando activamos nuestra conciencia y accionamos para transformar o liberar la
emoción, estamos generando una doble acción: una acción libera o transforma a
nivel físico y la otra a nivel psíquico.
Las emociones que sofocamos, reprimimos o censuramos sin expresarlas libremente
(en cualquier aspecto de nuestra vida), con el tiempo se convierten en síntomas
en nuestro cuerpo...
Las enfermedades, molestias o desequilibrios
(dolores de cabeza, digestiones irregulares, mareos, molestias articulares,
contracturas, deficiente circulación sanguínea, etc.) son el efecto de
emociones sofocadas, no expresadas…
La incertidumbre, ansiedad, temor, enojo, angustia, desasosiego,
apatía etc., son disfunciones psíquicas que siempre están vinculadas con
acontecimientos que nos han dejado huellas en algún lugar del inconsciente…
Comenzar a dialogar con nuestro cuerpo, observando, escuchando y sintiendo, nos
permite darnos cuenta de qué se trata lo que hemos reprimido o estamos
reprimiendo.
A través del lenguaje corporal es posible liberar y mutar las emociones que
fueron la causa de nuestro posible malestar físico.
La geografía corporal tiene un orden, es como un
gran mapa en el cual no hay divisiones políticas, es un todo, cada parte está
intensamente ligada a las demás, ya que una zona afectada desestabiliza al todo…
Cada zona está vinculada a una emoción, si un territorio está escaso de energía
y su funcionamiento es inestable o incompleto afecta a la energía de todo el
conjunto. En este punto es imprescindible tener en cuenta que así como en
la vida todos formamos parte del todo, lo que a cada uno le afecta
también afecta al resto, sólo que, muchas veces no somos
muy conscientes de la influencia de nuestra parte en el holograma de
la vida, y se nos escapa tener en cuenta al otro. En el cuerpo físico, la
diferencia es que, lo que lo afecta se manifiesta rápidamente, desequilibrando
a todo el mapa corporal conduciéndonos a tomar conciencia. En
ese desajuste es la enfermedad quién toma la delantera para comunicarnos
que hay algo que no está funcionando adecuadamente. La enfermedad se convierte
en el medio que nos permite ser conscientes de nuestro cuerpo y de la
influencia que tiene sobre él, aquello que no pudimos resolver emocionalmente.
Aquí una breve descripción de las 7 Emociones
más importantes, que los Chinos antiguamente han descrito como las causantes
internas que pueden conducirnos al desequilibrio, que traducido al cuerpo
físico se convierten en enfermedad, y que también son las causas que
constituyen la falta de equilibrio psíquico…
La alegría:
Es un factor saludable pero una experiencia intensa
y excesiva de alegría perjudica el Corazón, una alegría inmensa agota
el corazón. Aquí se incluye el placer de causar daño a los demás. Esto nos
demuestra que el equilibrio es necesario en todos los órdenes de la vida.
La ira:
Perjudica al Hígado, cuando nos enojamos el
hígado funciona en exceso. La ira produce aumento de la energía provocando
distorsión en la visión, mareos, vómitos y dolor de cabeza. El hígado regula el
flujo sanguíneo que está íntimamente vinculado al corazón, es por
eso que las personas que se enojan fácilmente son propensas a sufrir
enfermedades cardíacas.
La melancolía:
Perjudica al Pulmón. Cuando nos
preocupamos demasiado a continuación sigue la melancolía provocando pérdida de
apetito, tos, vómitos, estreñimiento, insomnio, dificultades sexuales. Se
bloquea o estanca el flujo de la energía. Las personas melancólicas o las
que se ven sometidas a una gran preocupación son propensas a sufrir
enfermedades pulmonares.
La angustia:
Perjudica al Bazo. Cuando pensamos
demasiado o estamos muy ansiosos el sistema del bazo y el estómago se verán
afectados ya que se congestiona el proceso digestivo, produciendo pérdida de apetito,
flatulencia en el pecho o el abdomen, mareos, dolor de cabeza, insomnio,
pérdida de memoria. Cabe destacar que la preocupación
es excesivamente perjudicial para el bazo.
La tristeza:
Perjudica al Corazón y al Pulmón.
Llevándonos a perder el entusiasmo y la confianza en la vida, agota la energía
estresando el corazón. Produciendo pérdida de apetito, insomnio, tos, en
algunos casos perdida de sangre en la orina. El amor no correspondido suele ser
una de las causas. La ansiedad es una de las consecuencias, es por eso que
muchas personas fuman.
El miedo:
Perjudica los Riñones, hace que la energía
se agote ( por eso es tan importante el insumo de agua). Suele
paralizarnos y nos hace sentir extremadamente vulnerables. Produciendo diarrea
involuntaria, polución nocturna, convulsiones y problemas sexuales.
El susto:
Perjudica al Espíritu y al Corazón,
dispersando el espíritu y malgastando la energía. Produciendo palpitaciones,
falta de concentración, convulsiones y desequilibrios en la psiquis. También afecta
a la Vesícula y a los Riñones…
La medicina oriental desde siempre pude ver lo
correlativo entre estas emociones y cómo afecta al organismo…
La mente y el cuerpo, son considerados un todo orgánico…
Si no nos sentimos bien físicamente, nuestro rendimiento
intelectual se verá afectado del mismo modo que nuestra salud física se ve
afectada cuando estamos afligidos mental o emocionalmente…
“El Universo nos apoya totalmente en todo lo que
decidimos pensar y creer, el poder Universal jamás nos juzga ni nos critica”…
Louise Hay
Creo que vale la pena parar un poco y conocernos… de
nuestro diálogo interior surgirá las respuestas que necesitamos…
Hasta la próxima!!
Fuente: Claudia Quesada, dimension12.com
Imagen: mediamercola.com